La Xunta impulsa la reintroducción de la píllara de las dunas, que dejó de avistarse en las playas lucenses hace ocho años

El delegado territorial, Javier Arias, participó hoy en la suelta de dos ejemplares de píllara de las dunas en la playa de Altar, en Barreiros. Este es el último lugar donde se registró su reproducción natural antes de su ausencia en la costa lucense durante los últimos ocho años.

Este evento está enmarcado dentro del plan de conservación que lleva a cabo la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático para recuperar esta especie, que está clasificada como vulnerable en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas. La reciente suelta se suma a otra realizada en agosto, en la que también se liberaron dos ejemplares en el mismo sitio.

Los pájaros liberados han sido criados en cautividad en el Centro de recuperación de fauna silvestre de Oleiros (A Coruña) a partir de huevos recogidos en la naturaleza. Además, el plan de conservación en la costa de Ferrolterra ya está mostrando resultados, con individuos asentados en la zona.

Este proyecto en Lugo es una colaboración entre el Servicio de Patrimonio Natural y la Universidade de Santiago de Compostela, con la participación de Jesús Domínguez y María Vidal, quienes son profesores e investigadores del departamento de Zoología.

Las actividades de conservación incluyen la recogida de huevos en primavera, que son incubados en el centro de recuperación. Las crías permanecen allí durante más de un mes. Estas aves tienen una esperanza de vida media de 3 a 4 años, y comienzan su etapa reproductiva alrededor del primer año de vida.

Características destacadas:
La píllara de las dunas (Charadrius alexandrinus L.) es una pequeña ave limícola que mide entre 150 y 175 milímetros. Su población en España se concentra mayoritariamente en la costa mediterránea y Andalucía, mientras que en la costa cántabro-atlántica del norte ha ido desapareciendo, encontrándose actualmente en algunas zonas de Galicia.

En Galicia, esta ave nidifica principalmente entre marzo y julio en playas poco urbanizadas que tienen un cordón dunar con vegetación dispersa. Durante el invierno, su presencia se extiende a zonas intermareales y playas urbanas.

Las principales amenazas para la píllara incluyen la predación por otras especies y la destrucción de su hábitat debido a actividades humanas como construcciones cercanas a la playa, tráfico de vehículos y limpieza mecanizada de arenales, además de factores naturales como el aumento del nivel del mar.

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